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Trastornos de conducta

Agresividad

Los trastornos de conducta pueden afectar significativamente la vida diaria, las relaciones interpersonales y el bienestar emocional. Si tú o alguien que conoces está experimentando dificultades en el control de la conducta, es importante saber que no estás solo/a. 

 

Los trastornos de conducta se caracterizan por patrones persistentes de comportamiento desafiante, impulsividad, agresividad, desobediencia o violación de normas sociales y legales. Estos trastornos pueden manifestarse en la infancia, la adolescencia o la edad adulta y pueden estar asociados con dificultades emocionales subyacentes, como ansiedad, depresión o problemas de control de los impulsos.

Está claro, que es difícil ir a consulta y hablar con alguien sobre tus problemas más profundos. Sin embargo, recuerda que aquí no se juzga a nadie. La base de la Psicología Humanista es aceptar a incondicionalmente a otras personas. Por lo tanto, es un lugar seguro dónde puedes abrirte para buscar soluciones.

Antes de intervenir en el problema es importante evaluarlo desde diferentes perspectivas y después aplicar un enfoque terapéutico personalizado y basado en la evidencia. Se trabaja individualmente y , si hace falta, con tus seres queridos para comprender los desencadenantes y las motivaciones subyacentes del comportamiento problemático, y desarrollar estrategias efectivas para promover cambios positivos en tu conducta.

 

La Terapia Cognitivo-Conductual es uno de los enfoques más utilizados y efectivos para el tratamiento de los trastornos de conducta. Se exploran tus patrones de pensamiento y creencias que contribuyen al comportamiento desafiante. Se te proporcionan herramientas y técnicas para identificar y desafiar pensamientos distorsionados, desarrollar habilidades de resolución de problemas y mejorar tus habilidades de comunicación y manejo del estrés.

Existe la técnica del semáforo para poder aprender a controlar tu comportamiento agresivo o explosivo. Imagínate que tienes 3 niveles de tus emociones. Cuando estás tranquilo, estás en verde. Cuando empiezas a "calentarte" estás en ámbar. La explosión significaría que pasaste al rojo. Entre el ámbar y el rojo existe un punto de no retorno. Aprende a identificar este punto y antes de que llegues al rojo, para. Por ejemplo, abandona la situación que te irrita, respira hondo, haz cálculo mental, llama a alguien, mira algún video que atraiga tu atención etc. Cuando veas que el nivel de tus emociones haya bajado, puedes volver a la situación.

El desarrollo de habilidades sociales adecuadas es fundamental para el manejo de los trastornos de conducta. En terapia tienes la oportunidad de mejorar tus habilidades de comunicación, empatía, autocontrol y resolución de conflictos. Aprenderás a reconocer y expresar tus emociones de manera saludable, así como a establecer y mantener relaciones positivas con los demás.

 

Recuerda que tú eres quien controla tu cuerpo y tu mente. Si hace falta, puedes cambiar tu conducta y pensamientos. Verás que tu esfera emocional y el bienestar mejorarán también. 

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